¿Cuanto tiempo lleváis sin comprobar el estado de vuestros patines? Si os habéis sonrojado al leer esta frase lo mejor que podéis hacer es leer con atención esta página. Con unos simples trucos y consejos vais a poder aseguraros el correcto funcionamiento y alargaréis la vida útil de vuestro material. ¡Al lío!
Botas:
El principal problema de la bota suele encontrarse en la puntera y los cordones. Tampoco hay que olvidarse de la forma que debemos guardarlas después de cada entrenamiento.
La puntera es la parte de la bota que más sufre en las etapas tempranas del aprendizaje por los golpes. Si el desgaste no es muy avanzado suele ser suficiente aplicarle una buena capa de betún y parecerán como nuevas. Otra solución cuando el deterioro es irreversible puede ser acudir a un zapatero para que aplique una nueva capa de piel o incluso un protector externo.
Para terminar con las botas nos es conveniente recordar que las botas tienen que almacenarse en un lugar seco y preferiblemente lo más abiertas posibles para evitar que la humedad del sudor pudra las botas por dentro.
Patines:
El mantenimiento en los patines es más importante que en las botas, ya que pasamos del aspecto estético al funcional. En los patines nos vamos a centrar en los tornillos de anclaje, las gomas y los tacos.
Los tornillos de anclaje sufren una gran presión y son los encargados de unir bota y patín por lo que son esenciales. Hay que revisar periódicamente que no se haya deformado ninguno y que todas las tuercas estén bien fijadas.
Las gomas actúan como amortiguadores. Aunque el desgaste es menor, es importante revisar que no tengan ninguna grieta y sustituirlas cada dos temporadas aproximadamente.
Los tacos sufren un desgaste irregular, sobre todo en iniciación, donde se usa uno más que otro. Es recomendable cambiarlos de posición. Para ello no hay más que aflojarlos y girarlos levemente.
Ruedas:
Las ruedas son seguramente los elementos que más van influir en nuestro patinaje. El primer problema con el que nos podemos encontrar es con el desgaste. Por la fuerza que se aplica al patinar, las ruedas interiores son las que más se desgastan. Podemos apreciarlo porque la forma del perfil deja de ser en punta y comienza a ser redondeado.
Tendremos que cambiar la posición de las ruedas que más se utilizan (interior delantera y trasera) por aquellas que mantienen su perfil más intacto, buscando un desgaste uniforme.
Rodamientos:
Otro de los problemas que nos puede afectar es la suciedad en los rodamientos. En primer lugar hay que desmontar todos los rodamientos de las ruedas y limpiar con un trapo húmedo las llantas, los ejes y las tuercas. Una vez limpiados los elementos exteriores nos disponemos a limpiar los rodamientos. Existen dos tipos de rodamientos: blindados y semi-blindados.
Los rodamientos semi-blindados se ensucian más pero son mucho más fácil de mantener. Si nuestros rodamientos son blindados el trabajo será más complicado. La suciedad la detectaremos si las ruedas vibran o suenan al rodar.
En primer lugar necesitamos desmontar los rodamientos de las ruedas y quitarles la suciedad externa con un papel. Una vez limpios de polvo recomendamos sumergirlos en un baño de gasolina durante media hora para eliminar toda la suciedad incrustada. Aplicado el baño usaremos un cepillo de dientes para eliminar toda la suciedad residual almacenada en el interior.
Es esencial dejar secar bien los rodamientos en un papel absorbente y lubricarlos de manera controlada. Nos aseguraremos de girar el rodamiento para que el lubricante se aplique homogéneamente. ¡Evitad aplicar demasiado lubricante!
Una vez terminado el proceso, solo queda volver a montar los rodamientos en las ruedas, fijar las tuercas y disfrutar de un patín en perfecto estado.
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